Sermón “CREER PARA VER”

ASOCIACIÓN ARGENTINA DEL SUR
PASTOR:  Miguel Ángel Iglesias

SERMÓN DE MAYORDOMÍA

Este Sermón es parte de la  Primera Semana de Mayordomía que predico cada vez que llego a un distrito nuevo y aún no dejo de ver transformaciones hermosas en la vida de los hermanos que abren el corazón a los mensajes de Dios y los ponen en práctica. Su vida espiritual se enriquece porque ven cambios extraordinarios no sólo  en su experiencia personal sino en sus Iglesias. El gozo de ser fieles mayordomos contagia, y se transforman en predicadores elocuentes de los temas de Mayordomía hacia aquellos hermanos que les cuesta creer antes que ver.

“C R E E R   P A R A    V E R”
1.    Introducción:
Ø  Historia
Siendo muy joven aprendí las lecciones del trabajo duro en  el campo. Junto a uno de mis hermanos trabajábamos en una estancia de más de 40.000 has. en el Uruguay. Su  dueño era un hombre muy rico que por la diversidad de sus negocios dejó un Mayordomo, hombre honesto y de mucha confianza para que le administrara esta próspera estancia. Pocos conocían a su “Patrón”, sólo podíamos saludarlo cuando pasaba en su avioneta mirando desde arriba sus propiedades. Nosotros fuimos contratados para capar sorgo y levantábamos con emoción nuestras manos cuando nuestro capataz  nos decía ¡ahí va el patrón, saluden,  él es el dueño de la estancia!!

Cuando conocí el mensaje de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a los 17 años comprendí el hermoso  Mensaje de la Mayordomía fiel, y no he dejado hasta ahora de predicar con insistencia y responsabilidad, porque siento que Dios me ha dado este ministerio y soy feliz viendo muchos milagros en mi vida y en las iglesias.

Ø  OIKONOMOS es el  término  griego que significa “administrador”: el que está al cuidado de algo que pertenece a otro.

Dios nos ha puesto como “Mayordomos” de todo lo que nos da para que lo administremos sabiamente y lo hagamos prosperar.

Aunque sabemos que Dios hizo al hombre como un ser holístico: como una Unidad Total y Completa, una vida dedicada al servicio de Dios, La Iglesia Adventista, tradicionalmente ha dividido la Mayordomía del hombre, para su mejor estudio,  en cuatro áreas conocidas como  “Las Cuatro T”

o   Talentos: dones que espera que desarrollemos y pongamos al                     
 servicio de Dios
o   Tiempo: 24 Hs, diarias  de vida para usarlas sabiamente dándole a
 Dios el primer lugar.
o   Templo: Desarrollar un cuerpo sano para que sea el templo del Espíritu Santo.
o   Tesoros: Bienes e Ingresos económicos que debemos administrar con sabiduría y que Dios desea multiplicar si somos fieles en la devolución de sus Diezmos y si somos bondadosos con su obra a través de las Ofrendas que damos de acuerdo como el Señor nos haya prosperado, es decir Ofrendas proporcionales a nuestros ingresos, no limosnas.


2.    Proposición:
Hoy Vamos a analizar “ Un Principio” que se aplica a cada una de esas cuatro áreas de la Mayordomía cristiana. Vamos a memorizar este principio: “CREER PARA VER” Contrario a lo que Tomás, el discípulo de Jesús y la mayoría de los hombres influenciados por la filosofía griega dicen:  “si no veo no creo”

3.    Oración de Transición:
Veremos este principio impregnado en dos historias bíblicas, dos encrucijadas del Pueblo de Dios registradas en:

ü  Éxodo 14: 1 – 31
ü  Josué  3: 1 – 17
Son dos experiencias de Fe, dos experiencias donde para poder ver los milagros de Dios tuvieron que creer, tuvieron que avanzar confiados en la promesa de Dios.

4.    Desarrollo del Tema:

a)    CRUCE DEL MAR ROJO:  Éxodo 14: 1 -31
Después de  la lectura bíblica puntualicemos lo siguiente:
ü  Israel había salido con mano poderosa de Egipto hacia la tierra prometida. Un buen trayecto lo hicieron  en dirección sudeste.
ü  Ahora, Dios pidió a Moisés, algo extraño,  que avanzara en dirección sudoeste, el pueblo no estaba preparado para luchar con enemigos fuertes que estaban en el camino más recto hacia Canaán, por eso les indicó un camino más largo, este camino los llevó directamente hacia el Mar Rojo.
ü  Apenas habían acampado vieron al ejército egipcio que avanzaba hacia ellos.
ü  Para los ojos humanos su situación parecía desesperada. Encerrados al este por el mar, al oeste por desiertos montañosos y al norte por los carros con soldados egipcios. Probablemente llegaron a la conclusión que el escape era imposible.
ü  Los incrédulos comenzaron a culpar a Moisés acerca de la situación en que se encontraban (muy común en los seres humanos. Cuando hay problemas, el culpable  para ellos es el líder: en una iglesia el pastor o los ancianos, en una localidad: el Intendente, en una Provincia el gobernador y en un país, el culpable para ellos es el presidente)
ü  Moisés demuestra valor y confianza en el poder de Dios y busca fervientemente la solución en Jehová. ( versículos 13 y 14)
ü  ¿Por qué clamas a mi? “Di a los hijos  de Israel que marchen” ( hay tiempo para orar pero ahora es tiempo de actuar)
ü  Mientras avanzaban veían abrirse el Mar Rojo
ü  Y tu alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar…”  Se requería creer en Dios y en su dirigente.
Dios podía abrir el Mar rojo sin Moisés, pero lo hizo para que el pueblo confiara más plenamente en el líder que él había elegido.
ü  Gracias a que el pueblo creyó pudo ver el milagro: el mar se abrió y todos pudieron pasar en seco y vieron cómo Dios peleaba por ellos.

ü  “El pueblo temió a Jehová y a Moisés, su siervo”: “Al guiar a Israel a través del Mar, Dios tenía el propósito de fomentar en el corazón del pueblo reverencia y fe hacia él, Pero la fe en el Señor estaba inseparablemente relacionada con la fe en Moisés como su representante, y por esta razón había sido efectuado el milagro mediante Moisés” (Com. Bíb. Adv. Tomo I Pg. 580)

ü  “En esto se enseña una gran lección para todos los tiempos. A menudo la vida cristiana está acosada de peligros y se hace difícil cumplir el deber. La imaginación concibe la ruina inminente delante, y la esclavitud o la muerte detrás. No obstante, la voz de Dios dice claramente: “avanza”. Debemos obedecer este mandato aunque nuestros ojos no puedan penetrar las tinieblas, y aunque sintamos las olas frías a nuestros pies, los obstáculos que impiden nuestro progreso no desaparecerán jamás ante un espíritu que se detiene y duda. Los que postergan la obediencia hasta que toda sombra de incertidumbre desaparezca y no haya ningún riesgo de fracaso o derrota no obedecerán nunca” (P.P. Pg. 295)

b)    EL CRUCE DEL RÍO JORDÁN: Josué 3:1-17
Continuemos palpando el principio “Creer para ver” también en esta historia. Luego de leer el relato de la Palabra de Dios, resaltemos los siguientes puntos:

v  Era necesario mostrarle a la nueva generación que Dios estaba al control.
v  El Río Jordán estaba crecido, desbordado y peligroso.
v  Los sacerdotes tenían que creer en la palabra de Dios y en Josué y poner los pies en el agua.
v  El cruce del Jordán sería para Josué lo que la proclamación de la Ley en el Monte Sinaí había sido para Moisés: una corroboración de su autoridad, “para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crea para siempre” (Éxodo 19:9)
v  Los Israelitas estuvieron acampados dos meses y recién cuando el río estuvo crecido y desbordado Dios les indicó que cruzaran.
¿Por qué ahora y no cuando el río era fácil de cruzar? Dios tenía dos propósitos:
1.    Como en la generación de sus padres, el pueblo debía creer y obedecer a Dios antes de ver sus maravillas.
2.    Los habitantes de Jericó nunca pensarían que los israelitas iban a pasar cuando el río estuviera en esas condiciones por lo tanto los encontrarían desprevenidos y los atemorizaría más. Así fue  fácil la victoria.

Historia de Celso:
En mi segundo distrito pastoral, Un joven ya casado había vendido junto con sus padres las propiedades que tenían en Brasil y decidieron invertir en Paraguay, un país con mejores oportunidades en el campo. Eran fieles mayordomos con sus diezmos y ofrendas, y el Señor los prosperó mucho, ampliaron su capital, y todo iba de maravillas.  Pero un día después de predicar un sermón sobre mayordomía, se me acercó y pidió hablar conmigo. Me contó que mientras entregaron fielmente sus diezmos después de cada cosecha, todo andaba perfecto, pero que hacía un tiempo atrás hicieron una compra de unas nuevas tierras, entregaron un buen anticipo, pero el vendedor los había amenazado que si no pagaban pronto el resto les quitaría las tierras y perderían el anticipo. ¡Por supuesto que no querían que esto suceda!, buscaron la manera de juntar todo el dinero que faltaba, pero, “cometimos  un grave error”, dijo Celso: tomamos el diezmo que aún no habíamos entregado a la tesorera, y pagamos la deuda. A partir de ese momento comenzamos a venir de mal en peor, y no estamos pudiendo salir adelante y seguimos endeudándonos con Dios, es mucho lo que debemos en diezmos, y en los Bancos.
 Pastor, preguntó Celso ¿Qué podemos hacer? Muy fácil, le dije, debes hacer lo que Dios dice: devolver todos los diezmos que le debes.  En una oportunidad Elena G. de White aconsejó a varios hermanos que estaban atrasados con sus diezmos, que hicieran cuentas y firmaran un pagaré y lo entregaran a la tesorería de su Iglesia y lo comenzaran a levantar (como levantamos los pagarés con deudas en el Banco). Le manifesté a Celso “debes hacer planes definidos de comenzar a ponerte al día con tus diezmos atrasados y verás nuevamente las bendiciones de Dios”. (CSMC pg. 100-105)

Y Aquí viene lo más hermoso de la historia: Pasó un tiempo, y cierto día mi esposa y yo nos encontrábamos en el Banco de Fomento para hacer depósitos del Colegio  Adventista de La Paloma a la cuenta de Misión Paraguaya, hoy ya Unión Paraguaya.  Haciendo cola en la Caja, vimos que en ese momento estaba Celso cobrando su primer cuota de la Cosecha, y se escuchaba que hablaba fuerte, y con mucha algarabía, no era para menos, cuando se dio vuelta lo vimos con un fajo de billetes que iba desde su cintura hasta su mentón,(era un muchacho bastante alto) él no se había dado cuenta que estábamos a pocas personas detrás suyo, y al pasar, le dije: Eh!! Ya no conoces a los amigos!!, y con una sonrisa enorme me dijo: “Hay para vocé tambein”, me entregó 5 fajos de billetes que representaban el Diezmo de ese anticipo. Como era mucho dinero, lo depositamos a la  Misión y le dimos la boleta de depósito a su tesorera para que le extendiera el recibo correspondiente.
Sigamos a Celso:  después de entregarnos los  5 fajos de billetes, salió hasta donde estaba su auto, tiró el dinero en el baúl y volvió, me miró fijamente a los ojos y me dijo algo que espero nunca olvidar: “o plano dio certo rapais” no sé si están bien escritas las palabras en portugués pero lo que me dijo es: ¡ El Plan dio resultado muchacho!!
Celso se había propuesto hacer trabajos en otras chacras con sus maquinarias para devolver todo lo que le debía a Dios, y comenzó a ver los resultados.

¿Qué hizo Dios ese año para bendecir a Celso por creer y obedecer antes de ver?
Ese año EEUU, que era uno de los principales productores de Soja a nivel mundial, tuvo una cosecha muy pobre, por lo tanto los precios de la soja aumentaron, y también ese año el Paraguay tuvo una cosecha record, lo que hizo que Celso y su familia vieran el milagro de ver nuevamente las bendiciones de Dios en todos los aspectos de sus vidas, incluyendo en sus finanzas, porque Dios quiere que seamos prósperos en TODO, no tiene nada en contra de las riquezas a menos que dejemos de ponerlo a EL en primer lugar.


¿Cuándo ponemos a Dios en Primer Lugar con nuestros TESOROS?
ü  Cuando damos sistemáticamente los Diezmos fieles, es decir reales, no mentirosos.
ü  Y cuando somos  generosos con nuestras Ofrendas, de acuerdo a como hayamos prosperado. Proporcionales a nuestros ingresos.

Celso tenía que creer en lo que Dios le decía a través de su pastor, y su pastor no hablaba por sí mismo, sino lo que había aprendido en su Palabra y en el Espíritu de Profecía. Gracias a que decidió Creer pudo ver el cumplimiento de las promesas de Dios de Malaquías 3:10,11

5.    Conclusión:

ü  ¿podemos repetir a coro el Principio que aprendimos hoy?  CREER PARA VER.
ü  Los Israelitas cruzaron en seco el Mar Rojo porque creyeron en la Palabra de Dios y en Moisés su siervo.
ü  Los descendientes del pueblo de Israel, cuarenta años más tarde, lograron cruzar el Río Jordán desbordado, porque estuvieron dispuestos a poner los pies en el agua como lo pedía Dios a través de su siervo Josué.
ü  ¿Queremos hoy ver milagros en nuestras vidas? Debemos creer y obedecer lo que Dios nos dice a través de sus siervos sobre la mayordomía de nuestros talentos, tiempo, templo y tesoros y veremos que el Señor es fiel en sus promesas.

ü  Llamado: si hoy crees en esto te invito a ponerte de pie y a orar conmigo para que Dios, a través de su Espíritu Santo, te haga tomar las mejores decisiones sobre el mensaje que has escuchado.